Un gorrión desafinaba
cantando cada mañana,
sus amigos lo escuchaban
desde una cercana rama.
Un día fueron a verlo
y sin quererlo ofender
le dijeron que pensaban
que no cantaba muy bien.
“Aunque tienes buena voz
cuando cantas desafinas”,
le dijeron sin maldad,
sin querer herir su estima.
Todos somos tus amigos
si te gusta cantar tanto
¿Por qué no vas al jilguero
y tomas clases de canto?
El gorrión sin enfadarse
fue a clases con el jilguero,
todos los días alegre
siempre llegaba el primero.
Cantaba siempre contento,
cada día algo aprendía,
con empeñó y con tesón
mejoraba cada día.
El jilguero profesor
que su entusiasmo veía
le enseñaba nuevos trinos
cuando amanecía el día.
En una clase de canto
entonando una canción
tan bien cantó el pajarito
que emocionó al profesor..
Por tener buenos amigos
fue a clase con el jilguero,
y hoy todos van a escucharlo,
sus amigos los primeros.