A través de los cuentos infantiles también se puede fomentar el buen comportamiento.
La pesadilla de Carola, es uno de mis cuentos publicados en Guía infantil que han compartido miles de veces.
Carlos Vera Producción ha hecho este bonito video.
Las voces son de Daniela, Esther y Carlos Vera.
Efectos Carlos Vera.
Espero que os guste.
Un beso con achuchón.
Carola
estaba tumbada en el sillón de casa muy aburrida.
_Mamá,
no sé lo qué hacer _dijo perezosa.
_Puedes
pintar un dibujo y después colorearlo _contestó su madre mientras planchaba la
ropa.
_No
quiero, pintar me aburre _dijo Carola.
_Ya
sé _dijo su madre. Puedes jugar a las peluqueras y hacer una bonita trenza
a tu muñeca.
_No
quiero, eso me aburre también _protestó de nuevo la niña.
_Llama
a María, y jugáis a algo _dijo impacientándose de nuevo su madre.
_No
quiero; ayer me enfadé con ella _contestó la niña haciendo una mueca.
Su
madre la miró preocupada dejando de planchar. Carola se pasaba todo el día
aburrida, protestando y viendo en la
televisión dibujos animados.
_¿Por
qué no sales con la bicicleta al jardín? _dijo su madre intentando animar a la
niña reanudando su tarea.
_No
quiero; me aburre montar en bicicleta _dijo estirándose perezosa en el sofá sin
mirarla siquiera.
Su
madre estaba cada vez más preocupada por el comportamiento de Carola.
_Mañana
iremos a pasar el día al campo y nos bañaremos en el río _dijo.
_No
quiero ir al río, me pican los mosquitos y además no sé nadar. _¡Qué asco!
_¡Iremos
a pasar el día al campo! _dijo su padre por la noche. ¡Te guste o no! Y Carola
se fue protestando muy enfadada a la cama, sin querer cenar.
Al
día siguiente llamaron a Carola que se levantó de la cama protestando de nuevo.
_¡Os
odio! ¡Siempre me estáis fastidiando! _dijo lloriqueando. ¡Quiero tener otros
padres! ¿Por qué no me dejáis vivir en
paz? Y salió de la habitación metiendo
mucho ruido, sin desayunar.
Pero
esta vez sus padres no estaban dispuestos a ceder a sus caprichos y continuaron
hablando entre ellos sin prestar atención a sus palabras.
Durante
el trayecto en el coche apenas hablaron.
Llegaron
a un lugar precioso donde había una verde pradera, un río de aguas transparentes y una zona
de arboleda. Era el sitio ideal para
pasar el día.
Sus
padres empezaron a jugar a la pelota y la llamaron:
_¡Carola,
ven a jugar!
Pero
la niña se quedó de brazos cruzados mostrando su enfado y pensando que eran
unos padres horribles que no la querían y, con ese pensamiento se sentó apoyada
en el tronco de un árbol y se quedó dormida.
_
¡No quiero ir, me aburro! ¡Es un rollo teneros como padres! Siempre me estáis
obligando a hacer cosas que no quiero. ¡Me quiero ir de esta casa!
Y
entonces ocurrió algo que Carola no
esperaba. Su madre dijo:
_Muy
bien, si es eso lo que quieres te ayudaré a preparar el equipaje. Carola siguió
a su madre. Extrañada vio cómo abría la
puerta de su armario y descolgó uno de sus vestidos. Lo dobló cuidadosamente y
lo metió en una pequeña maleta; luego
metió una chaqueta, calcetines y unos zapatos.
Por último eligió unas braguitas y una camiseta de interior y cerró la
cremallera.
_Ya
está _dijo. Y se volvió ofreciéndole con indiferencia la maleta.
_Te pondré un bocadillo por si te da hambre esta noche _habló
sin volverse a mirarla.
_¡Luis!
_llamó al padre. _Ven a decir adiós a
Carola que se va a buscar unos padres mejores que nosotros.
Su
padre entró en la habitación, la abrazó y acompañándola a la puerta dijo:
_¡Qué
te vaya muy bien cariño!
Entonces
Carola empezó a llorar en silencio y, cuando quiso darse cuenta, oyó un fuerte
portazo y se vio en la calle.
_¡No
me quiero ir! _dijo sin disimular su llanto, aporreando la puerta.
_¡No
me quiero ir! _gritaba llorando. ¡No quiero buscar otros padres!
_¡Carola,
Carola! _decían sus padres zarandeándola nerviosos.
Cuando
despertó vio a sus padres que la abrazaban y miraban asustados.
Se
dio cuenta que ellos siempre se habían preocupado por ella, que la querían
mucho y se estaba portando muy mal.
Abrazó
a los dos todavía llorando y les dijo:
_¡Os
quiero! ¡Quiero jugar a la pelota con vosotros!
Sus
padres se miraron contentos. No sabían qué había hecho cambiar a la niña de
comportamiento pero, desde ese día, Carola fue mucho más obediente y no era
caprichosa. Además daba muchos besos a sus padres.
Todo
lo cambió una horrible pesadilla.
Cuento registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual