martes, 30 de enero de 2018

SAPO SAPITO Y LA GARZA


Una canción para jugar moviéndose, saltando, ayudándose y, por supuesto, cantando... Los niños pequeños, los destinatarios de esta canción, no tendrán bastante con una vez, habrá que repetir y repetir... hasta que decidamos que ha llegado la noche (jajaja). Haced la prueba y veréis.
  Musicalizada e interpretada por Domingo Pérez Bermejo
Espero que os guste.
Un beso con achuchón.


Ahora tú,
dijo la garza a Sapito,
y de un solo salto
se subió a su pico.

Ahora tú,
dijo Sapito a la garza,
y de un solo salto
cruzaron la charca.

sábado, 20 de enero de 2018

RESEÑA DE FANTASÍA EN POESÍA EN EL NORTE DE CASTILLA

¡Mirad qué bonito!
Hoy ha salido una reseña de «Fantasía en Poesía» en el periódico  El Norte de Castilla.
Me ha hecho mucha ilusión.
Os dejo la noticia.


viernes, 12 de enero de 2018

A UNA HOJA SECA



Cuando somos jóvenes no pensamos en ella.
Envejecer es un proceso natural,
gradual e inevitable que sufrimos todas
las personas sin excepción.
Las células envejecen, cambia la estructura corporal, se pierde elasticidad  e hidratación, es decir, la piel se vuelve seca y arrugada.
Espero que os guste.
Un beso con achuchón.

 
Estás maltrecha, arrugada,
el sol abrasó tu piel,
cuántas veces a tu lado
pasé sin quererte ver.

Las hojas desde sus ramas,
lucen verdes y lozanas,
ignorando como tú,
que igual estarán mañana.

Cuento registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual
 

domingo, 7 de enero de 2018

LA PESADILLA DE CAROLA

A través de los cuentos infantiles también se puede fomentar el buen comportamiento.
La pesadilla de Carola, es uno de mis cuentos publicados en Guía infantil que han compartido miles de veces.
Carlos Vera Producción ha hecho este bonito video. 
Las voces son de Daniela, Esther y Carlos Vera.
Efectos Carlos Vera.
Espero que os guste.
Un beso con achuchón.

Carola estaba tumbada en el sillón de casa muy aburrida.
_Mamá, no sé lo qué hacer _dijo perezosa.
_Puedes pintar un dibujo y después colorearlo _contestó su madre mientras planchaba la ropa.
_No quiero, pintar me aburre _dijo Carola.
_Ya sé _dijo su madre. Puedes jugar a las peluqueras y hacer una bonita trenza a  tu muñeca.
_No quiero, eso me aburre también _protestó de nuevo la niña.
_Llama a María, y jugáis a algo _dijo impacientándose de nuevo su madre.
_No quiero; ayer me enfadé con ella _contestó la niña haciendo una mueca.
Su madre la miró preocupada dejando de planchar. Carola se pasaba todo el día aburrida, protestando y viendo en  la televisión dibujos animados.
_¿Por qué no sales con la bicicleta al jardín? _dijo su madre intentando animar a la niña  reanudando su tarea.
_No quiero; me aburre montar en bicicleta _dijo estirándose perezosa en el sofá sin mirarla siquiera.
Su madre estaba cada vez más preocupada por el comportamiento de Carola.
_Mañana iremos a pasar el día al campo y nos bañaremos en el río _dijo.
_No quiero ir al río, me pican los mosquitos y además no sé nadar. _¡Qué asco!
_¡Iremos a pasar el día al campo! _dijo su padre por la noche. ¡Te guste o no! Y Carola se fue protestando muy enfadada a la cama,  sin querer cenar.
Al día siguiente llamaron a Carola que se levantó de la cama protestando de nuevo.
_¡Os odio! ¡Siempre me estáis fastidiando! _dijo lloriqueando. ¡Quiero tener otros padres!  ¿Por qué no me dejáis vivir en paz?  Y salió de la habitación metiendo mucho ruido, sin desayunar.
Pero esta vez sus padres no estaban dispuestos a ceder a sus caprichos y continuaron hablando entre ellos sin prestar atención a sus palabras.
Durante el trayecto en el coche apenas hablaron.
Llegaron a un lugar precioso donde había una verde pradera,  un río de aguas transparentes y una zona de  arboleda. Era el sitio ideal para pasar el día.
Sus padres empezaron a jugar a la pelota y la llamaron:
_¡Carola, ven a jugar!
Pero la niña se quedó de brazos cruzados mostrando su enfado y pensando que eran unos padres horribles que no la querían y, con ese pensamiento se sentó apoyada en el tronco de un árbol y se quedó dormida.
_ ¡No quiero ir, me aburro! ¡Es un rollo teneros como padres! Siempre me estáis obligando a hacer cosas que no quiero. ¡Me quiero ir de esta casa!
Y entonces ocurrió algo que  Carola no esperaba. Su madre dijo:
_Muy bien, si es eso lo que quieres te ayudaré a preparar el equipaje. Carola siguió a su madre.  Extrañada vio cómo abría la puerta de su armario y descolgó uno de sus vestidos. Lo dobló cuidadosamente y lo metió en una  pequeña maleta; luego metió una chaqueta, calcetines y unos zapatos.  Por último eligió unas braguitas y una camiseta de interior y cerró la cremallera.
_Ya está _dijo. Y se volvió ofreciéndole con indiferencia la maleta.
_Te pondré un bocadillo por si te da hambre esta noche _habló sin volverse a mirarla.                                                                                                                
_¡Luis! _llamó al padre.  _Ven a decir adiós a Carola que se va a buscar unos padres mejores que nosotros.
Su padre entró en la habitación, la abrazó y acompañándola a la puerta dijo:
_¡Qué te vaya muy bien cariño!
Entonces Carola empezó a llorar en silencio y, cuando quiso darse cuenta, oyó un fuerte portazo y se vio en la calle.
_¡No me quiero ir! _dijo sin disimular su llanto, aporreando la puerta.
_¡No me quiero ir! _gritaba llorando. ¡No quiero buscar otros padres!
_¡Carola, Carola! _decían sus padres zarandeándola nerviosos.

Cuando despertó vio a sus padres que la abrazaban y miraban asustados.
Se dio cuenta que ellos siempre se habían preocupado por ella, que la querían mucho y se estaba portando muy mal.
Abrazó a los dos todavía llorando y les dijo:
_¡Os quiero! ¡Quiero jugar a la pelota con vosotros!
Sus padres se miraron contentos. No sabían qué había hecho cambiar a la niña de comportamiento pero, desde ese día, Carola fue mucho más obediente y no era caprichosa. Además daba muchos besos a sus padres.
Todo lo cambió una horrible pesadilla.


Cuento registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual