Cuando la tristeza se instala en nuestro
corazón, quizá necesitemos ayuda.
La luna sabe dar buenos consejos y la Osa
Mayor debe ser buena
psicóloga.
Espero que os guste.
Un beso con achuchón.
Un hombre triste, muy triste,
tumbado estaba en la arena
sollozando como un niño
muy afligido de pena.
Y la luna que lo vio
de aquel hombre se apiadó,
¿qué te pasa?, ¿qué te ocurre?,
con interés preguntó.
El hombre volvió su cara
y con hipo contestó:
Ay, luna, lunita, luna,
¡es que no lo sé ni yo!
¡Escucha!, dijo la luna,
ve a ver a la Osa Mayor,
en escuchar es experta
y antes a otros ayudó.
Y aunque dudó en ir a verla
a la osa al fin visitó
y con sus sabias palabras
la vida al hombre alegró.