domingo, 11 de octubre de 2020

EL GUSANO ESTRENA CASA

 Cuando escribí esta historia recordé estos versos de Calderón de la Barca. Seguro que os suena.

Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.

Paseando por el bosque

iba un pequeño gusano

y oyó hablar a un caracol

que iba diciendo a su hermano.

 

Me quiero mudar de casa

me quiero marchar de aquí

y saliendo de su concha

la dejó tirada allí.

 

El gusano se acercó

y escuadriñó el interior,

si hacía alguna reforma

la dejaría mejor.

 

Arregló unos desperfectos

y tapó algún desconchón

y en cuestión de pocas horas

su nueva casa estrenó.

 

Cuento Registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual.

 



14 comentarios:

  1. Qué gusano más listo y manitas!
    Un beso Marisa.

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    1. Un gusano manitas hace maravillas,jajajaja
      Muchas gracias por tu comentario.
      Un abrazo, spai de contes.

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  2. Buenísimo, Marisa. Me encanta leer tus poemitas, disfruto como si fuera niña otra vez.
    Un abrazo grande

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  3. Qué bonito!
    Un gusano práctico y trabajador del que deberían aprender muchos jóvenes.
    Feliz semana y muchos besos.

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    1. Y además un gusano que recicla,jajaja
      Muchas gracias
      Un abrazo, Carmen.

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  4. Qué poema tan divertido!!
    Que tengas un hermoso día.
    Un abrazo enorme Marisa.

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    1. Me alegra que te guste. ¡Qué bien!
      Que pases una buena semana.
      Muchas gracias
      Un abrazo muy fuerte, Sandra.

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  5. Un poema muy simpático, Marisa.
    Gracias por compartirlo.
    Biquiños.

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  6. Me encanta, Marisa. Qué imagen tan linda has creado imaginando al gusanito arreglando la casa. Cualquiera sabe si el caracol encontró otra vivienda, que no están los tiempos para despreciar nada. Eres genial.
    Un abrazo.

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    1. Seguro que el caracol encontró casa en otra concha,jajajaja
      Muchas gracias por tu comentario.
      Un beso, Conchita

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  7. ¡Ay, qué sencillo sería razonar como el caracol y abandonar la casa sin ningún miramiento! Pero, al revés, nos apegamos demasiado quizás. Somos como "La ardilla" de Amado Nervo, que prefiere su tronco de árbol y su agujero.
    Encantador el poema, Marisa.
    ¡Un abrazo!

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    1. Las personas nos apegamos demasiado a nuestras cosas; creo que es una manera de sentirnos seguros.
      Tienes toda la razón, Sara.
      Muchas gracias.
      Un abrazo muy fuerte.

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