Estos días estoy descubriendo lo divertido que resulta
tener un gatito.
¿Tú tienes un gatito en casa?
Jugando
por la escalera
sin
prestar mucha atención
en
el décimo peldaño
el
gatito tropezó.
Cayó
de espaldas rodando
hasta
el último escalón,
le
dolió más el orgullo
que el golpe que se pegó.
¿Pero
dónde ibas mirando?,
—su
padre le preguntó—
y
le contestó el gatito:
iba detrás de un ratón.
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