Ser desobedientes puede traer consecuencias.
Espero que os guste.
Un beso con achuchón.
Imagen tomada de Internet |
Hay una familia
de cinco gatitos,
el padre, la madre,
Miko, Kika y Kiko.
Van por el tejado
todos en hilera,
Kiko con peligro
haciendo piruetas por fuera.
Sus padres los gatos
le van a reprender,
¡No saltes por el alero
te caerás otra vez!
«Seguid nuestros pasos
y no os despistéis,
por aquí hay muchos peligros
que apenas veréis».
Kiko de nuevo
dando mal ejemplo,
ve un agujero
y ha saltado dentro.
Miika y Kika gritan
los dos alborotados,
Kiko ya no está
no lo ven en el tejado.
Los padres de los gatos
un poco alejados,
ven lo que ocurre
y se acercan alarmados.
Kiko aprisionado
solo asoma la nariz,
se estira cuánto puede
pero no puede salir.
Cuánto más se estira
cuánto más se mueve,
más abajo cae
y más miedo tiene.
Toda la familia
lo llama maullando,
Kiko no responde
muy quieto llorando.
Sus padres asustados
y muy enfadados,
descubren al gatito
en el hueco aprisionado.
Todos formando una fila
hacen nudos con sus colas,
y a Kiko con decisión
lo sacan hecho una bola.
Sus padres emocionados
lo lamen por todo el cuerpo,
tiene un golpe en una pata,
jadean por el esfuerzo.
¡Eres un desobediente!
dicen sus padres pacientes,
¡te podías haber matado
vaya susto nos has dado!
El gatito colorado
como un pimiento morrón,
con la cabeza agachada
a todos pide perdón.
Y vuelven a pasear
por el tejado jugando,
Kiko ha aprendido la lección
y detrás va cojeando.
Cuento registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual.