viernes, 16 de agosto de 2019

Cuento LA MARIPOSA Y LA MUERTE DEL JILGUERO

Hoy mi cuento habla sobre la muerte.
Hablar sobre la muerte con los niños nos resulta muy difícil. 
Todos sabemos que forma parte de la vida, y de nada nos servirá ignorarla o intentar ocultarla a nuestros seres queridos; será aún más dolorosa.
Espero que os sirva de ayuda con vuestros peques.
Un beso con achuchón.
Imagen tomada de internet



La mariposa estaba muy triste. Su amigo jilguero llevaba unos días sin visitarla, y lo estaba echando mucho de menos. «¿Dónde estará?», se preguntó en voz alta.
Un conejo que pasaba por allí le preguntó:

—¿De quién hablas?

—De mi amigo el  jilguero —le contestó con una mueca— hace días que no viene a visitarme y estoy muy extrañada.

Al conejo le dio un vuelco el corazón. La noche anterior había escuchado decir a un búho que habían encontrado al jilguero muerto.

—Quizás ha salido de viaje —se le ocurrió decir en el momento.

El conejo se despidió de la mariposa, y fue enseguida a adentrarse en el bosque  para contar a los demás animales lo que sucedía.

Todos hablaban a la vez.

—Si se lo decimos se le romperá el corazón   —decían unos.

—Si no se lo decimos estará esperando al jilguero cada día y no entenderá por qué se ha ido —decían otros.

—De todas maneras se sentirá muy triste  —decían los demás compungidos.

Pasaron dos días y los animales del bosque seguían sin atreverse a contar a la mariposa que el jilguero había muerto.

Mientras, ella seguía preguntando a todos por su amigo.

—¿Has visto a mi amigo jilguero? —preguntó a un corzo.

—No; no lo he visto —contestó bajando la cabeza, alejándose rápidamente de allí.

—¿Has visto a mi amigo jilguero? —preguntó después a la liebre.

—No; no lo he visto —contestó, y de un salto desapareció enseguida temiendo que la mariposa siguiera preguntando.

Al amanecer del tercer día estaba la mariposa desperezándose y escuchó hablar a dos colibríes que pasaban por allí.

—Ha sido una pena lo que le ha pasado al jilguero... ¡Qué mala suerte enredarse en esa alambrada!

—¿Al jilguero? ¿Qué le ha ocurrido a mi amigo jilguero? —preguntó muy alarmada.

—¿No te has enterado? Lo saben  todos en el  bosque —le dijeron—. Murió la otra noche al chocar con una valla de alambre.

—¿Quéeeeeeeee? —gritó sin poderlo creer.

—¡¿Cómo era posible que nadie le hubiera dicho nada?! —se dijo la mariposa—. Había preguntado a todos en el bosque. 

Al enterarse de la muerte de su amigo y de que había sido engañada por todos los animales, la mariposa sintió una punzada tan penetrante en su pequeño corazón que a punto estuvo de morir en ese instante.

Todos en el bosque supieron, que ocultando la muerte del jilguero a la mariposa, lo único que habían conseguido era causarle más dolor.

Poco a poco, con el paso del tiempo, la triste mariposa logró remontar el vuelo; pero nunca entendió por qué todos le habían ocultado la muerte de su amigo.