La mujer de aquella tribu
tuvo dos niños gemelos
como dos gotitas de agua,
pelo oscuro y ojos negros.
Pelearon por ser jefes
cuando se hicieron adultos.
Cuando se enteró su madre
triste se llevó un disgusto
Pidió a los dioses la paz
su madre muy afligida,
para que no pelearan
daría a cambio su vida.
El dios se frotó las manos
ya tenía un alma más.
A la madre en la montaña
acabó por enterrar.
De la noche a la mañana
una montaña nació,
en el campo de batalla
justo en medio de los dos.
A su madre los dos hijos
entonces reconocieron
en la montaña dormida.
Muy pronto se arrepintieron
Nunca más los dos hermanos
volvieron a pelear
y acordaron en la tribu
los dos juntos gobernar.